Dominika
El Club del Libro de Cocina- segundo encuentro

Las invitaciones a cenar en casa se han convertido en un verdadero desafío. Las probabilidades de que uno o varios de nuestros amigos sean celíacos, vegetarianos, veganos, pescatarianos, intolerantes a la lactosa; sufran de alergias o de algún problema de salud; o, hayan decidido seguir una de las miles de dietas que se han vuelto tan populares -son bastante altas. Planificar un menú para una comida casera puede ser a veces abrumador -si no imposible. A menudo, ir a un restaurante parece ser la única solución razonable.
"Inspiralized" de Ali Maffucci - el libro escogido para la segunda reunión, puede ofrecer algunas opciones para aquellas eventualidades. El título, un poco confuso para mí también, se deriva de un pequeño artilugio llamado espiralizador -el mago detrás de la elaboración de los platos. Básicamente, una serie de cuchillas, el espiralizado corta verduras y frutas en diferentes formas llamativas y engañosas que "disfrazadas" como fideos, tiritas, arroz, listones, se convierten en la base para la pasta al pesto, paella, frittata, muffins o incluso sushi.

Atraídas por un estilo de cocina que con la excepción de una de nosotras, ninguna conocía, preparamos nuestro menú para el día. Tres entradas: Melocotones Glaseados con Vinagre Balsámico con Jamón y Roquefort; Ensalada de Sandía con Cebolla Encurtida y Ricotta Salata; y, Remolacha y Queso Feta al Estilo Mediterráneos Asados al Horno. Continuamos nuestra comida con dos platos principales: Spaghetti al Pesto con Tomatitos Uva Nativos (con fideos de harina de trigo -una solución de último minuto) y Albóndigas y Chayotes con Salsa de Tomate y Chile Serrano. Por último, si bien no menos importante, terminamos con Parfaits de Ricotta, Manzana y Pera con Pistacho.
Seis platos sencillos. Nada presuntuoso o exageradamente elaborado. Nada que haya implicado técnicas de cocina que consumasen mucho tiempo o ingredientes glamorosos. Cualquier cosa puede saber bien con trufas y foie gras, pero es en el transformar ingredientes modestos en excelentes platos, donde radica el desafío más grande.

Nos agradó lo que habíamos creado para ese día. Sin discusión, el libro despertó nuestro interés, nos alentó a probar algo nuevo y, lo más importante de todo, nos sirvió para preparar platos coloridos y sabrosos con sabores intensos y contrastantes. Estuvimos todas de acuerdo en que las recetas eran bastante simples y fáciles de seguir, y de que usaríamos el libro de vez en cuando, pero principalmente para cenas ligeras de verano o picnics al aire libre. La autora hizo un buen trabajo al presentar los conceptos básicos del procedimiento de espiralización, al explicar las ventajas de cambiarse a una dieta espiralizada y al detallar los beneficios nutricionales de hacerlo.
Y fue la palabra dieta la que seguía volviendo una y otra vez a mi mente al pensar en las recetas de este libro. Tan intrigante como fue la creación de los "carbohidratos falsos" con la ayuda del nuevo dispositivo, no creo que este sea un estilo de cocina que adoptaría para el día a día. No es que no me beneficiaría (probablemente podría perder algunas libras), pero personalmente, preferiría mantenerme saludable a base de una dieta balanceada y haciendo ejercicio regularmente. Además, dudo que la reinvención de algunos de los clásicos favoritos usando verduras o frutas –únicamente– sea factible. El plátano no sustituirá la harina, y las zanahorias no sustituirán el arroz.
Le otorgamos al libro de cocina 7 de 10 puntos.
