Dominika
Pan de jengibre - un relato corto
Updated: Jan 12, 2020

- ... eso me recuerda a la Navidad en la que Marco -
- Basta mamá, no empieces con esas historias tuyas. Siempre es lo mismo contigo cuando te tomas unas copas de vino de más.
- Pero si yo solo les quería contar-
- Ya yo sé que querías decir…
- No, no era esa historia de-
- Sí como no, lo has hecho todas las Navidades durante los últimos veinte años. Mira, todos se la saben de memoria. En todo caso, ¿Qué te ofrezco de tomar tía? ¿Otra copa de vino? Toma tío, aquí está tu whiskey. Papá, tu vaso es este. Para ti no más mamá.

- Mamá ... shhhh, baja la voz que Nina te podría escuchar y no te comas ese pan de jengibre. Nini y Elisa se la pasaron dos días horneando y decorando las galletas.
- ¿Y para qué pierden tanto tiempo horneando si nadie se las va a comer?
- No es una pérdida de tiempo Livia, a Nini y a mí nos gusta hornear cosas juntas.
- Por supuesto que sí amor, no la escuches. Mamá, déjalo ya, solo no te comas las benditas galletas.
- Solo digo que si no quieres que la gente se las coma, entonces cuelga bombillos de plástico como todo el mundo. Además, no le llenen la cabeza a la niña con esos cuentitos tontos de Papá Noel y cómo baja por la chimenea ... bla, bla, bla.
- Tiene solo cuatro años, a su edad todos creen en Papá Noel.
- Ustedes no. Siempre les contamos las cosas tales como eran, nada de renos ni cartas a Papá Noel. Tu papá y yo trabajábamos muy duro para poderles comprar regalos de Navidad. ¿No es cierto Miguel? No eran tiempos fáciles, debía planificar muy bien cómo gastábamos cada centavo.
- Mhmm, sí, Navidades mágicas.
- Sí, lo eran.
- Como sea, ya le dijimos que, después de la misa de gallo, debemos regresar a casa rápido para ver si logramos ver a Papá Noel. No hagas esa cara, es ES el plan.
- OK, OK.
- ¿Roberto viene? ¿Te aseguraste de que tenga el traje y sepa a qué hora no estaremos en casa?
- Sí. ¿Cuántas veces más me lo vas a preguntar?
- Pregunto porque le conozco. Le vale todo. Si hubiera sido por mí, ni siquiera le habría invitado. Pero insististe tanto: 'Le está yendo muy bien, ha mejorado tanto', 'Realmente quiere pasar las Fiestas con la familia'.
- Así es, le está yendo bien y ha mejorado. Y deja a Robertito en paz que muchos problemas ha tenido últimamente. ¿Crees que el divorcio ha sido fácil para él? ¿Ah? Si lo llamaras, fueras a verlo, lo sabrías, pero nunca lo haces. No te cuesta nada ser más solidario. ¿Y cómo puedes siquiera pensar en no invitar a tu propio hermano?
- ¿Más solidario? El ÚNICO culpable del divorcio es él mismo. Pobre Ana. Y después de todas las que me hecho ... y, si por esas vamos ... les ha hecho a todos ustedes, simplemente no veo el punto de llamarle. O no lo ves, o no lo quieres ver mamá. Le solapas todo, siempre lo has hecho, desde que éramos niños.
- Ya, está bien, basta. Y sí, va a venir, ya te lo dije. Me lo prometió.
- Eso espero, por el bien de Nini.
- Ves María, no puedes decirle nada, es tan sensible.
- Deja a tía María fuera de esto. ¿Por qué no cuentas ahora algunas historias de 'Robertito’ para variar? Ah?
- Preciosa, shhhh, quítate los zapatos. Ahora, espera a que papá abra la puerta.
- ¡Papi!
- Shhhhhh
- Papi, las luces están encendidas. ¿Eso significa que Papá Noel está aquí?
- ¿Qué demonios le pasó al árbol? ¿Dónde están las galletas? ¡Todas estas migajas! ¡Y estas botellas!
- Elisa no grites, estás asustando a la niña.
- ¿No era ese el chiste de hornear las galletas? ¿Para comerlas? Si no, ¿por qué no colgaron bombillos de plástico?
- ¡Mamá! ¡No es el momento!
- Solo estoy diciendo…
- Mira mami, mira papi, hay una maleta aquí. ¿Son mis regalos?
- Nini, no! ... Espera ... no creo que sea tu -
- ¡Ay Dios mío! ¿Si está respirando? ¡Marco! ¡Miguel! Rápido, levántenlo. ¡Despacio, despacio, DESPACIO!, dije. Quítenle esa gorra y esa barba, están empapadas.
- Abuelita, ¿Papá Noel se enfermó?
- Noooo, mi princesita. Ohhh nooo ... ven aquí, no llores, no es Papá Noel, es solo tu tío Roberto. Papá Noel no existe.
- ¡MAMÁ!
